12 de diciembre de 2009

ADIOS, AL PINCHE DE MONCOFA.

Si consultamos el diccionario de la Real Academia Española, podemos observar las diferentes interpretaciones que tiene dicha palabra "adios":
1. interj. U. para despedirse.
2. interj. U. para denotar que no es ya posible evitar un daño. ¡Adiós, lo que se nos viene encima!
3. interj. U. para expresar decepción. ¡Adiós, ya he perdido las llaves!
4. interj. U. para expresar incredulidad, desacuerdo o sorpresa.
5. m. Despedida al término de una conversación, misiva, etc.

Todas ellas las podemos unir en este caso, ante el acontecimiento que tuvo lugar el pasado miércoles dia 9 de diciembre del 2009, en el Grao de Moncofa.
Como ya habia dicho en anterioriores comentarios era, una muerte anunciada.
Por más que lo sabíamos nuestro pesar e indignación no ha sido menor, sino todo lo contrario.
Nos han arrebatado, por una susodicha "Ley de Costas", un edificio emblemático de nuestra localidad, parece mentira lo que los hombres podemos hacer, por la razón o sin razón.
Habrá un espacio público que luego todos lo vamos a utilizar, pero no hacia daño a nadie, hay que ver si en otras latitudes, también la administración será tan dura o diremos aquello "qui té padrins el batejen", haciendo referencia a que a unos se le aplica y a otros nó, según el grado de influencia que tenga.
Con unos dientes de acero y con una fuerza atroz, la maquinaria se puso en marcha y como si fuese a bocados desgarradores, iba despedazando y el Pinche poco a poco sucumbiéndose.
Nuestra incredulidad por momentos se hacia mayor, y la misiva lanzada a los propietarios por la administración hace algún tiempo, se aplicó sin miramientos.
La indignación y la decepción se mostró tal como es, cruda y real, el Pinche por momentos se hacia añicos.
Al cabo de unas horas todo se redujo a un montón de escombros, que han tardado dos dias en hacerlo desaparecer.
La misma maquinaria una vez cambiado sus afilados dientes, cambió su dentadura por la de la inmensa pala, para atiborrar de sus escombros los cerca de 55 camiones que hicieron falta para cargar cada uno de ellos las 18 Tm, que según me comentó un operiario soportaba cada camión.
El viernes solo quedaba un poco de escombreria en su interior, ya que se podia apreciar su perímetro, en lo que ahora es su cimientos y hacia unas horas era el Hostal Pinche.
Sólo me queda por decir, adios Pinche, adios....., ya eres historia.

Fotos facilitadas por: Miguel Ángel Sánchez

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