7 de noviembre de 2009

PASCUAL PESCANDO AL RALL EN MONCOFA

Son la ocho de la mañana, del día 5 de noviembre del 2009, hace unos días que no salgo a pasear.
Mi propósito es el saludar a "Joume" y dirigirme a la playa por el lugar habitual, por la Avda. Avelí Corma, voy oyendo música con mi Ipod, diferentes obras de éste gran compositor que es Ferrer Ferran, como son Algemiz y posteriormente la Tormenta del Desierto, entre otras.
Llego a la playa y aún veo, el bar Chavarro, el mar está en calma y me dirijo hacia el sur, en dirección al Canal de Masbó.
Voy por la arena viendo el mar, y los efectos ha producido en la costa, en las marejadas habidas hace unos días.
A lo lejos y saliendo de una escollera veo a un pescador que ha hecho porra, (no ha cogino ninguno), mientras uno se marcha otro viene, el "tio Ribes", me detengo para saludarle, y hablamos un poco de las simientes de sandias que me tiene que dar, para plantarlas la próxima primavera, de aquellas que se cultivaban en Moncofa, hace algunos años, de piel negra, pepitas grandes, pulpa rojiza, y que pesaban varios kilos.
Iba a provar suerte, a pasar un rato, por si pescaba alguna mabra. Sigo paseando, y al fondo cerca de las escolleras del canal de Masbó veo a unas personas al lado del mar.

Son Pepe i Pascual, el segundo estaba rayando, con su peculiar y pulido estilo, forjado a lo largo de muchos años de lanzar sus redes, de su rall.
Los saludo, Pascual va con su traje de goma hasta el pecho, para no mojaAñadir imagenrse, y está en el agua a la cintura, recogiendo su "rall" que habia lanzado magistralmente, hacia un momento.
Desgraciadamente para él, en sus redes no habia ningún pez, estuvimos hablando de su afición por éste arte de pesca, "deporte, entretenimiento" o como lo queramos decir.

Me muestra su red, tejida con una técnica depurada por el Sr. Ramón, que hacia estas redes, sentado en su silla en la terraza de su apartamento viendo a lo lejos el mar, e imaginando los peces que podia coger con cada uno de los mucho que hizo en esta vida.
Pascual Juliá, tiene varios de éstos utensilios de pesca hechos de la mano del maestro, del tio Ramón, y se siente orgulloso de ello.
Me decia que hace más de treinta años que le viene la afición, y que en alguna ocasión ha cogido de una sola tirada más de cien peces, sintiéndose orgullo de aquella vez que avisado por su perro, vio un pez cerca del mar, cuando iba a cazar, y como tenia cerca su coche, se marchó corriendo para dejar la escopeta y coger el rall y así intentar atrapar con sus redes de casi cuatro metros de diámetro, bordeandas de unos plomos, aquel magnífico pez.
Tenia miedo de que cuando llegase a dicho lugar ya no estuviese, pero su perro, continuava ladrando y le mostraba en donde estaba.
Con su fortuna y atino, lanzó su rall y cogío el espléndido pez, que pesaba según me dijo, más de siete kilos.
Mientras hablamos, el continuava lanzando y recogiendo, parecia que lo mimaba, no lo tocaba, lo acariciaba, hay que ver con que delicadeza realizaba éstas labores, me quedé sorprendido de ver con que cariño y elegancia lanzaba una y otra vez su rall.
Me despedí de ellos, le deseé suerte y regresé a mi casa, después de hora y media de caminata y habiendo cumplido mi objetivo de quemar unas cuantas calorias y rebajar mi nivel de colesterol.